Cómo quitar una humedad de la pared exterior o fachada: guía paso a paso

cómo quitar una humedad

La humedad es uno de los problemas más comunes, y también más peligrosos, para las fachadas de un edificio. No solo deteriora la pintura o el revestimiento exterior, sino que con el tiempo puede afectar a la estructura y generar moho, verdín o desprendimientos.

Por eso, cuando alguien pregunta cómo quitar una humedad de la pared, la respuesta nunca debería ser “pinta encima”.

El tratamiento correcto empieza siempre con un diagnóstico y continúa con la aplicación de métodos profesionales, diseñados para eliminar la causa y no solo disimular el daño.

A continuación, describiremos todo el proceso detenidamente. Presta atención y acaba con este tipo de molestias en tu vivienda o comercio.

Cómo quitar la humedad de las fachadas

Antes de nada, es necesario resaltar que una fachada con manchas de humedad o moho necesita algo más que una limpieza superficial.

Por esta razón, antes de intervenir, el profesional realiza una inspección visual y técnica. Este diagnóstico es clave para entender si la humedad proviene de filtraciones por lluvia, por capilaridad del terreno o por condensación interior.

Una vez identificada se le podrá aplicar el tratamiento correspondiente y evitar que vuelva a aparecer.

Dicho esto, el primer paso consiste en medir el grado de humedad del muro. Para ello se emplea un higrómetro profesional, que permite saber cuánta agua ha absorbido el material.

También se observa la distribución de las manchas: si son horizontales y aparecen desde el suelo, probablemente sea capilaridad; si están bajo una ventana o canalón, puede ser filtración.

Una vez diagnosticado el problema, comienza la restauración. Veamos cómo quitar una humedad de la pared.

Limpieza inicial de moho, algas o verdín

El moho, las algas y el verdín aparecen sobre todo en fachadas orientadas al norte o en zonas donde el sol apenas incide.

En estos casos, el procedimiento arranca con una limpieza a fondo de la superficie afectada, eliminando toda la capa biológica visible.

Pero ojo, no se trata de frotar con agua y jabón, como haríamos dentro de casa, sino de emplear productos biocidas específicos que eliminan los microorganismos y evitan su reproducción.

El biocida se aplica con pulverización de baja presión y se deja actuar entre 20 y 40 minutos, dependiendo del producto. Después, se aclara con agua limpia a presión controlada.

En algunos casos, especialmente cuando el moho ha penetrado en el poro del revestimiento, es necesario repetir el proceso. El objetivo es que no quede ninguna espora activa antes de sellar o pintar.

Aplicación de productos antimoho e impermeabilizantes

Una vez limpia la fachada, el siguiente paso para entender cómo quitar una humedad de la pared es protegerla frente a nuevas humedades. Para ello, los profesionales aplican productos impermeabilizantes transpirables, que permiten la salida del vapor interior pero impiden que el agua de lluvia penetre.

Eso sí, no todas las fachadas pueden tratarse igual. En revestimientos minerales o porosos (como piedra o mortero) se utilizan hidrofugantes a base de silanos y siloxanos. En cambio, en fachadas pintadas se recurre a revestimientos acrílicos o elastoméricos que crean una película protectora.

Los productos antimoho también se pueden incorporar a la pintura final, especialmente en zonas donde la humedad ambiente es alta. Esta combinación refuerza la protección a largo plazo.

Importancia de tratar juntas y canalones

Muchas veces el origen del problema no está en la pared, sino en los puntos de entrada del agua. Las juntas de dilatación, los marcos de ventanas y los canalones deteriorados son focos habituales de filtraciones.

Por eso, un tratamiento profesional no se limita a limpiar y pintar, sino que incluye la revisión completa del sistema de evacuación de agua.

De este modo, se sustituyen juntas rotas, se sellan grietas con masillas elásticas y se limpian los canalones para evitar desbordamientos. Solo así se garantiza que la humedad no volverá al poco tiempo.

Qué hacer después de quitar una humedad en paredes

Eliminar una humedad no significa que el problema esté resuelto para siempre. El mantenimiento es clave para evitar que vuelva. Por eso, después de quitar la humedad en la pared, conviene seguir una rutina de revisión y prevención.

En primer lugar, hay que controlar la ventilación y la temperatura interior. Las condensaciones aparecen cuando el aire caliente y húmedo choca con una superficie fría, como una pared exterior mal aislada.

Un buen flujo de aire y una temperatura constante reducen el riesgo de que la humedad vuelva. Igualmente, es recomendable revisar periódicamente los puntos más vulnerables:

  • Canalones, bajantes y cubiertas.
  • Juntas de ventanas y puertas.
  • Zonas de sombra donde no llega el sol.

Un problema menor detectado a tiempo puede evitar una reparación costosa.

Consejos para prevenir nuevas humedades

En línea con lo anterior, el mantenimiento preventivo es la mejor inversión. Aquí tienes algunas recomendaciones que aplicamos en proyectos de rehabilitación y limpieza profesional:

  • Controlar la temperatura interior. Evita cambios bruscos y mantén una buena ventilación. Los deshumidificadores ayudan en espacios cerrados o poco soleados.
  • Aplicar pintura transpirable e impermeable. No uses pinturas plásticas en muros exteriores. Impiden que el vapor salga y favorecen la aparición de burbujas o moho. Opta por revestimientos minerales o de silicato.
  • Sellar grietas y juntas exteriores. Las microfisuras son pequeñas puertas de entrada para el agua. Revíselas una vez al año, especialmente después del invierno.
  • Evitar fugas en tuberías o canalones. Un simple goteo puede acabar empapando el muro. Mantén el sistema de drenaje limpio y operativo.
  • Aplicar mantenimiento programado. Las empresas especializadas ofrecen planes anuales de revisión e impermeabilización. Es la forma más segura de prevenir daños estructurales.

Conclusión: cómo quitar una humedad de la pared

Como hemos visto, la humedad es un enemigo silencioso. Daña los materiales, genera moho y reduce la vida útil de cualquier edificio. Por eso, la única forma efectiva de resolverla es tratar su origen.

En este sentido, los métodos profesionales no se limitan a ocultar la mancha, sino que identifican, corrigen y previenen el problema.

Un diagnóstico con higrómetro, el uso de productos certificados y una correcta impermeabilización son los pilares de un tratamiento duradero. Y la revisión periódica garantiza que el trabajo se mantenga en el tiempo.

Así que si notas manchas o moho en tus paredes, actúa cuanto antes. Una evaluación profesional puede ahorrarte reparaciones costosas, proteger tu salud y mantener tu fachada como nueva durante años.

En cualquier caso, ahora que sabes cómo quitar una humedad de la pared, si es demasiado tarde y necesitas un equipo de limpieza, ponte en contacto con nosotros.

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