¿Quieres disfrutar de un jardín impecable sin pasar horas con la manguera en la mano? Instalar un sistema de riego automático puede ser la solución perfecta. Este tipo de sistemas no solo te permiten ahorrar tiempo y esfuerzo, sino que también optimizan el uso del agua, cuidando el medio ambiente y tu bolsillo.
A continuación, descubrirás cómo funciona un riego automático, los diferentes tipos que existen, cómo instalarlo paso a paso y las ventajas que aporta para mantener tus plantas siempre verdes y saludables, incluso cuando no estás en casa.
Sistema de riego: ¿qué es y por qué elegirlo?
Para comenzar, diremos que un sistema de riego automático es una red de componentes que te permite regar tu jardín sin intervención manual.
Su gran ventaja es que puedes programar el riego para que se lleve a cabo en las mejores horas del día. Por ejemplo, aquellas en las no hace un calor excesivo y el agua no se va a evaporar.
Dicho esto, veamos qué beneficios aporta:
- Ahorro de agua. Al ser más eficiente que el riego manual, puedes reducir el consumo de agua hasta un 50%. Además, un sistema automático permite programar los tiempos y zonas específicas de riego, evitando el desperdicio en áreas que no lo requieren.
- Ahorro de tiempo. Por otro lado, al estar automatizado, el riego requerirá menos de tu intervención. Esta automatización, resulta ideal para quienes pasan largas horas fuera de casa o durante las vacaciones, ya que garantiza el riego incluso en ausencia.
- Salud de las plantas. Regar de forma regular y precisa evita tanto el exceso como la falta de agua. En este sentido, el riego automático asegura que las plantas reciben exactamente lo que necesitan para mantenerse vigorosas y florecientes, mejorando su desarrollo y longevidad.
- Valor estético. Un jardín bien cuidado mejora la apariencia y el valor de tu propiedad. Además, los sistemas de riego modernos están diseñados para ser discretos y estéticamente integrados en el paisaje, contribuyendo a un entorno más agradable y ordenado.
Tipos de sistemas automáticos de riegos
Ahora bien, debes saber que existen distintos tipos de sistema de riego automáticos. Todo va a depender de las necesidades de tu espacio y de las plantas que tengas.
Elegir el adecuado permitirá optimizar el uso del agua, proteger las plantas y asegurar un resultado estético impecable. Veamos en detalle cuáles son los más habituales:
Riego por aspersión
Este primer tipo de sistema de riego automático es ideal para grandes superficies de césped o arbustos. Funciona con aspersores que emiten agua en forma de lluvia, cubriendo amplias áreas de forma uniforme y eficiente.
Por otro lado, este sistema permite ajustar el alcance y ángulo de riego según la distribución del jardín, evitando desperdicio en zonas donde no es necesario. Se suele usar en campos de fútbol y parques, por ejemplo.
Riego subterráneo
Otro sistema automático de riego es el subterráneo. Este es más discreto y se usa para regar el césped y superficies amplias donde se prioriza la estética. Este sistema funciona con tuberías porosas enterradas que «sudan» agua directamente en la raíz, lo que garantiza un riego constante y reduce la evaporación al mínimo.
Destaca porque es invisible y no permite la pérdida por viento y es altamente eficiente. Eso sí, lógicamente es una instalación más compleja y requiere un mantenimiento un poco más cuidadoso.
Riego por goteo
El riego por goteo es perfecto para macetas, jardineras, huertos y setos. Este método lleva agua directamente a la raíz, gota a gota, minimizando la evaporación y optimizando el consumo de forma precisa.
Lo cierto es que no es un sistema complejo, está compuesto por tuberías, goteros y microdifusores. Además, garantiza el ahorro máximo de agua, evita enfermedades foliares y el crecimiento de malas hierbas.
Programadores de riego: el cerebro del sistema
Llegados a este punto, debemos decir que los programadores de riego son esenciales para automatizar y gestionar un riego eficiente. Es más, funcionan como el auténtico «cerebro» del sistema.
Permiten definir los horarios, la frecuencia y la duración del riego sin intervención manual. Y los modelos más avanzados incorporan tecnología inteligente que optimiza el uso del agua en función de la meteorología y las necesidades reales de tu jardín.
Igualmente, existen distintos tipos de programadores:
- Básicos. Permiten programar horas y días de la semana de forma sencilla. Son ideales para las instalaciones pequeñas o para quienes buscan un sistema más económico, aunque requieren algunos ajustes manuales ante cambios meteorológicos.
- Avanzados. Incorporan conectividad Wi-Fi, control desde el móvil y ajuste automático en función del clima mediante sensores de humedad y estaciones meteorológicas. Algunos modelos también ofrecen notificaciones en tiempo real, los históricos de consumo de agua y la compatibilidad con asistentes virtuales, facilitando la gestión del jardín de forma remota y muy precisa.
Es importante aclarar que los programadores de riego optimizan el agua utilizada y mejoran la salud de las plantas al adaptar el riego a las condiciones ambientales en tiempo real. Por lo tanto, tu jardín puede estar perfecto incluso mientras estás de vacaciones.
Sistema automático de riego: cómo instalarlo correctamente
Por último, si tras conocer las ventajas del sistema de riego automático, te apetece implementarlo, veamos qué pasos deberías dar.
Pero antes, cabe señalar que instalar un sistema automático de riego requiere una planificación detallada y unos conocimientos técnicos básicos. Es importante diseñarlo correctamente para maximizar su eficiencia y garantizar que el agua llegue a cada rincón del jardín de forma uniforme y sin desperdicio.
Estos son los pasos clave:
- Diseño y planificación. Antes de comenzar, mide la superficie total del jardín, determina las zonas con necesidades hídricas diferentes y estudia las horas de sol y sombra. Después, realiza un plano detallado donde definas también las zonas de paso y elementos a proteger del agua.
- Selección de componentes. Selecciona con cuidado materiales de calidad para garantizar durabilidad. Asegúrate de elegir unas tuberías resistentes a la presión, electroválvulas fiables y un programador adaptado al tamaño y la complejidad del sistema. Incluye unos sensores si deseas una instalación inteligente.
- Preparación del terreno. Marca el trazado de tuberías y electroválvulas con precisión para evitar futuros problemas. Excava unas zanjas de 20-30 cm de profundidad asegurando que las tuberías queden protegidas de las pisadas y posibles daños.
- Montaje. Instala las tuberías principales y las secundarias siguiendo el plano, conectando válvulas, aspersores y goteros con las juntas estancas. Después, coloca las electroválvulas en arquetas accesibles para facilitar el mantenimiento. Por último, conecta todo al programador respetando la instalación eléctrica y asegúrate de utilizar protecciones adecuadas.
- Ajustes finales. Configura el programador con horarios y duración adaptados a las estaciones del año y el tipo de plantas. Luego realiza pruebas para verificar que cada zona está correctamente regada. Para finalizar, ajusta la orientación y alcance de los aspersores para evitar desperdicios.
Conclusión sobre el riego automático
Instalar un sistema de riego automático es una inversión inteligente y sostenible que te permitirá ahorrar agua, tiempo y esfuerzo mientras disfrutas de un jardín siempre cuidado y saludable.
Es más, adaptarlo a las características específicas de tu espacio y tus plantas asegura unos resultados más que óptimos, mejorando la eficiencia en el consumo de recursos.
A esto cabe añadir que contar con programadores avanzados, sensores de lluvia, humedad y estaciones meteorológicas de última generación permite maximizar la eficacia del sistema, ajustándose automáticamente a las condiciones reales de cada momento y reduciendo al mínimo el desperdicio de agua.
Ahora bien, si lo que necesitas son manos profesionales que te ayuden con el cuidado y mantenimiento de tu jardín, en Ático 07 podemos ayudarte. Entre otras tareas, elegimos las plantas más adecuadas según el clima y cuidamos cada detalle: prevención de plagas, control de enfermedades, desbroce, tala y poda en altura para que luzca bonito todo el año.
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